LA ESPERA
Con tu mirada con melancolía
regresas otra vez y en ti me apoyo,
mis labios en los tuyos sin escollo
para encontrar la exacta asimetría.
Tu atención, tu agradable compañía
tienen la mansedumbre del arroyo,
que se convierte en savia y el pimpollo
inalcanzable, acuna lejanía.
En el saco de un cofre en la ladera
con recuerdos grabados en la lava
tu figura, grabada en la pradera
y al Cristo subiré con la escalera
a confesar que he sido y soy tu esclava...
¡la crisolada luz que siempre espera!
Stefania
Mayo 22 de 2011
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